Quizá no fue ese día, quizá siempre había sido así o quizá nunca lo ha sido. Pero si hubo un momento que me marcó, fue presenciar en primer plano la violencia, la crueldad y la estupidez humana, todo junto.
En los momentos que intentaba integrarme en la sociedad y pasar desaparcibido como uno más, pero manteniendo mis ideales y mis principios, me di cuenta que eres uno de ellos o no lo eres. Y yo por suerte, yo no lo era.
Todo ocurrió, una de esas noches que acudía a la discoteca con unos amigos. Un fin de semana, uno de los chicos del grupo hizo "amistad" (la gente llama amigo a cualquiera, sobre todo si ha bebido) con un chaval de otro grupo.
Al siguinte fin de semana, volvimos a coincidir. Y ese día ocurrió. En un momento de la noche, al grupo de tíos que habíamos conocido les entró ganas de armar jaleo. Y nada les iba hacer cambiar de opinion.
Yo acorralado en una esquina de la discoteca, me vi obligado a presenciar lo que nunca me hubiera gustado ver: cómo un montón de tíos apalizan a un indefenso. Y eso sin atreverme a hacer nada, sin poder ayudar y sin poder huir.
Cuando se cansaraon y pude salir de la zona, me senté solo en un banco, conmocionado, impotente, odiando, odiando, odiando, ...
Aún, se me acercó uno de esos impresentables, y sentado a mi lado me dijo: "¿Qué?¿Estás impresionado?" Lo decía todo convencido de que había sido la mejora hazaña del mundo. A lo que yo le contesté: "¿Por qué lo habéis hecho?". Y él respondió: "Se lo merecía". "Pero, ¿cómo que se lo merecía?" Su respuesta no pudo ser más convincente: "Ha mirado mal a uno".
Claro, un hombre borracho como una cuba, que no podía abrir ni los ojos, les había mirado mal.
Ese día me marcó y me enseñó definitivamente lo peor de la raza humana: la crueldad, innata o aprendida, que machaca por placer y no por supervivencia.
Nunca más volvería a ir a una discoteca por ser como los demás, nunca más haría algo por parecerme a otro ser humano. Desde ese momento, dejó de importarme ser una oveja más y preferí ser la oveja negra de la sociedad.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario