sábado, 12 de diciembre de 2009

El día que pase de oveja a oveja negra

Quizá no fue ese día, quizá siempre había sido así o quizá nunca lo ha sido. Pero si hubo un momento que me marcó, fue presenciar en primer plano la violencia, la crueldad y la estupidez humana, todo junto.

En los momentos que intentaba integrarme en la sociedad y pasar desaparcibido como uno más, pero manteniendo mis ideales y mis principios, me di cuenta que eres uno de ellos o no lo eres. Y yo por suerte, yo no lo era.

Todo ocurrió, una de esas noches que acudía a la discoteca con unos amigos. Un fin de semana, uno de los chicos del grupo hizo "amistad" (la gente llama amigo a cualquiera, sobre todo si ha bebido) con un chaval de otro grupo.

Al siguinte fin de semana, volvimos a coincidir. Y ese día ocurrió. En un momento de la noche, al grupo de tíos que habíamos conocido les entró ganas de armar jaleo. Y nada les iba hacer cambiar de opinion.

Yo acorralado en una esquina de la discoteca, me vi obligado a presenciar lo que nunca me hubiera gustado ver: cómo un montón de tíos apalizan a un indefenso. Y eso sin atreverme a hacer nada, sin poder ayudar y sin poder huir.

Cuando se cansaraon y pude salir de la zona, me senté solo en un banco, conmocionado, impotente, odiando, odiando, odiando, ...

Aún, se me acercó uno de esos impresentables, y sentado a mi lado me dijo: "¿Qué?¿Estás impresionado?" Lo decía todo convencido de que había sido la mejora hazaña del mundo. A lo que yo le contesté: "¿Por qué lo habéis hecho?". Y él respondió: "Se lo merecía". "Pero, ¿cómo que se lo merecía?" Su respuesta no pudo ser más convincente: "Ha mirado mal a uno".

Claro, un hombre borracho como una cuba, que no podía abrir ni los ojos, les había mirado mal.

Ese día me marcó y me enseñó definitivamente lo peor de la raza humana: la crueldad, innata o aprendida, que machaca por placer y no por supervivencia.

Nunca más volvería a ir a una discoteca por ser como los demás, nunca más haría algo por parecerme a otro ser humano. Desde ese momento, dejó de importarme ser una oveja más y preferí ser la oveja negra de la sociedad.

La historia de mi vida

Cuando nací, las cosas no empezaron facilmente. Siempre he sido muy indipendiente y en ese momento dependía de todo el mundo. Poco a poco fui ganandome mi libertad. Y con pocos años de vida, encontré mi vocación: ayudar a los débiles y hacer de mi ciudad un lugar mejor. Quería cambiar el mundo, pero el mundo me cambió a mí.

En la adolescencia mis ideales se mantenían, pero eran golpeados una y otra vez, hasta que maduré. Cada vez que mis miedos aumentaban, también lo hacía el odio. Las injusticias y la actitud dañina de los seres humanos nunca me sentó bien. Asi que decidí volverme como el resto. Pero, las mutaciones no siempre salen como se esperan, y dieron como resultado EXTERMINIO, deseos de aniquilar, asesinar, fulminar a los que pegan porque sí, a la gente que no sabe emplear el diálogo y usa la violencia, a los que roban, a los que matan, a los que violan, a los que hacen la zancadilla, a los que en vez de proteger, atacan, a los que se creen más listos que nadie, a los psicópatas, a los sin escrúpulos, ..., a todo lo que intenta hacer daño a la vida, simplemente por placer.

El fin

Este blog ya ha cumplido su misión, por lo que hoy lo declaro oficialmente cerrado. Pero, antes dos historias.